miércoles, 6 de octubre de 2010

Periodisina V

Central 2 - Gimnasia 0
Un triunfo que nos entona para el clásico




 - 27.11.2000
Carlos y Guillermo Fechenbach (foto Olé)
 
Ganar un partido a siete días del clásico nada menos que contra uno de los equipos que ha sido candidato al título desde que comenzó el torneo (matemáticamente lo sigue siendo Gimnasia y Esgrima a pesar de la derrota en el Gigante) es importante para el trabajo que se viene durante la semana. Central ganó merecidamente, sin brillar, con muchos problemas de generación de fútbol, pero siempre con ganas y con garra, lo que no es poco. Tengamos en cuenta que, además del duro traspié de la semana anterior ante Unión, nuestro equipo presentaba una formación totalmente distinta a la habitual. Quedaron afuera Marra, Quinteros y Ezequiel González, produciéndose algunas variantes posicionales, fundamentalmente por el retorno de Charles Pérez, recuperado de una lesión.
Llamó la atención la actitud mezquina de Gimnasia en el primer tiempo. Dos líneas de cuatro muy bien paradas, sin un hombre de enganche que pudiera intentar el desequilibrio ofensivo, provocaron que el partido fuera luchado y aburrido, con muy pocas llegadas peligrosas. Recién pasados los 20 minutos se sacudió la modorra del público con un bombazo de Luciano de Bruno desde afuera del área que conmovió el travesaño de Noce. Y un par de minutos más tarde el que se salvó fue Central por un contragolpe muy bien concebido por Troglio. El centro del veterano volante lo cabeceó defectuosamente Enría, solito frente a Tombolini con enormes posibilidades de convertir. Salvando estas dos jugadas, el resto fue muy chato. Gimnasia jugando al pelotazo, preferentemente aéreo, que generalmente encontró firmes a los lungos de la defensa canalla y muy seguro a Tombolini cuando le tocó intervenir. Nuestros ataques, en cambio, fueron pocos y lentos, con muchos pases laterales y hacia atrás, evidenciando que faltaban ideas y sorpresa para llegar con posibilidades al área del lobo.
El segundo tiempo fue totalmente distinto. Gimnasia cambió su actitud cuando Central se puso en ventaja a los dos minutos. Fue una jugada muy polemizada, porque un juez de línea levantó la bandera después que "Topadora" Cáceres convirtió el primer gol del partido. El gol vino con un centro aéreo de De Bruno desde la derecha, saltaron varios en el medio del área y la pelota pegó en la espalda de un defensor (Adinolfi) desviándose hacia la izquierda, donde Cáceres recibió libre, tuvo tiempo de acomodarla y convertir cuando Noce intentaba tapar. Hubo cabildeos, el árbitro consultó con su colaborador y convalidó el gol, porque cuando partió el centro de De Bruno el paraguayo todavía estaba en posición legal, y como después no la tocó ningún jugador de Central no había offside posible.
Gimnasia se despertó. Se adelantó en la cancha. Tuvo más tiempo la pelota que en el período inicial. Pero tampoco pudo construir jugadas claras, porque Gerbaudo marcó implacablemente a Enría, haciendo que el ex-pecho no pudiese asistir las acostumbradas cargas del grandote Sava. Con poco fútbol y con muchos centros a la olla, Gimnasia intentó vanamente empatar. Nuestros defensores estuvieron muy atentos al juego aéreo, y las pocas veces que fueron superados atrás estuvo Tombolini, en una jornada brillante, para conjurar los peligros.
El segundo gol vino cuando promediaba la etapa y fue una obra de arte del pibe De Bruno. Pescó una pelota en tres cuartos de cancha, se sacó un marcador de encima y encaró derecho hacia el área. Dejó a tres en el camino con exquisitos quiebres de cintura y cuando se aprestaba a fusilar a Noce desde atrás lo derribó Pereira. La pelota siguió rodando hacia la izquierda, donde acompañaba Topadora para convertir. Fue el delirio. Por la gran acción de Luciano (ya había hecho jugadas parecidas en los pocos partidos que vino jugando en la primera) y porque el resultado tranquilizaba a todos, tanto jugadores como hinchas.
Gimnasia no bajó la guardia y siguió buscando. Los cambios que introdujo Griguol no modificaron mucho la forma de juego. Siempre la visita con pelotazos buscando a Sava y Central intentando contragolpes, no siempre rápidos, pero varias veces con posibilidades de aumentar. La más clara, un remate alto del Torpedo Arias en los últimos instantes del juego.
Central ganó bien. Sin lucir. Sin brillo en el aspecto técnico pero con todo lo que hay que poner anímica y físicamente dentro de un campo de juego. Gimnasia pagó caro su esquema defensivo de la primera parte y cuando se decidió a atacar se encontró con que los lungos que puso el Patón resolvieron casi todos los problemas.
Gran tarde de Tombolini, tapando varias pelotas con olor a gol. Díaz, Loeschbor y Gerbaudo tuvieron mucho trabajo y si bien se equivocaron en algunas, siempre hubo un compañero presto a remediar esos errores.
En el medio hubo un gran trabajo de Erroz y Hugo González en la recuperación. Corrieron muchísimo durante todo el partido, impidiendo que Gimnasia produzca jugadas colectivas en profundidad. Vespa también hizo lo suyo y varias veces se mandó libre al ataque, aunque no siempre fue bien aprovechado por sus compañeros. Charles Pérez, que hacía rato que no jugaba por una lesión, cumplió como carrilero por la izquierda, colaborando con la defensa y proyectándose varias veces, lamentablemente con poca suerte.
El Rafa fue pura entrega, corriendo a todo el mundo, aunque algo peleado con la pelota. Y Topadora, que no es un hombre demasiado hábil cuando juega en tres cuartos de cancha, ratificó que dentro del área es peligroso y oportuno. Por eso hizo dos goles, Tiene instinto para adivinar dónde puede caer la pelota, y eso es fundamental para cualquier jugador de ataque.
Central derrotó a un rival difícil y con toda justicia. Se defendió poniendo esfuerzo y concentración y si bien no generó jugadas de ataque profundas y sorpresivas, aprovechó dos de las pocas situaciones que generó durante los noventa minutos. Seguimos careciendo de explosión, de sorpresa, para llegar con más frecuencia y más claridad. Nuestros muchachos no se juntan lo suficiente como para llegar tocando con habilidad y con paredes. Ya es un defecto habitual de los últimos tiempos y suponemos que se trabajará para mejorar en este aspecto.
Volvemos al principio. Estamos a siete días del clásico y la victoria contra Gimnasia trae tranquilidad. Si nuestros jugadores ponen en el estadio municipal del parque lo que pusieron este domingo, podemos soñar con quitarles a los del tórax congelado los tres puntos que habrá en juego. Dios quiera que así sea.

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