miércoles, 6 de octubre de 2010

Periodisina II

Rosario Central 3 - Abandonob 0
Como mucho es un partido lugareño...




 - 23.03.2003
Por Guillermo Fechenbach

Con la goleada ya consumada y la abismal diferencia en las tribunas, creemos que hay un ciclo ya terminado. No hablamos de un jugador, ni de un DT, ni siquiera de una comisión, sino que parece que el clásico rosarino ha llegado a su fin.
El Gigante lucía un lleno casi total cuando el partido de Reserva ni siquiera había comenzado. Los “pibes” se encargaron de que la fiesta comience a surgir en el césped y dieron una linda exhibición para palpitar lo que sería el partido principal.
Apenas hizo sonar su silbato el juez, Central fue en busca de la pelota e intentó ganar metros en el terreno. Los primeros minutos mostraron a los pingüinos desconcentrados, buscando como única salida al veloz Mauro Rosales, que le causó problemas en los primeros 15 minutos a Talamonti, pero que con el correr de los minutos probablemente haya sufrido el congelamiento de su pecho y con ello la caída de su nivel.
Habían pasado sólo 3 minutos y ya habíamos tenido la primera. Una mala salida en el fondo fresco permitió que Delgado quede mano a mano con Palos. El remate del “Chelito” no fue bueno y permitió que el arquero despeje. Luego, el rebote fue tomado por Messera, quien remató con poca dirección.

Dos de las figuras de Central: Delgado y el virtuoso Sebastián Domínguez

La visita tenía enormes problemas a la hora de salir del fondo, lo cual era bien aprovechado por Delgado y Figueroa, siempre atentos para presionar. Las subidas de Ferrari fueron aumentando con el transcurso del partido y el Mellizo Barros Schelotto comenzó a hacerse notar con algunas buenas intervenciones. En tanto, Messera comenzó a surgir como el enganche que Russo pretende, combinándose con los carrileros y demostrando la habilidad que lo llevara a ser figura del Gimnasia de Griguol.
La superioridad en la primera etapa no fue demasiado clara, aunque la ventaja conseguida a los 40 minutos se considera justa. Una buena escapada de Gustavo, yendo desde el medio hacia la derecha para luego poner un centro excelente a la cabeza de Lucho Figueroa, que impactó el balón hacia el primer palo e hizo delirar al 70 por ciento de Rosario. En ese preciso instante, los pingüinos desaparecieron por completo, tanto en la cancha como en las tribunas. Lo único rescatable de los últimos cinco minutos fue el aliento incesante de los guerreros, que deliraron a la par del gol de Figueroa y comenzaron a palpitar lo que sería una nueva victoria.
En el segundo tiempo la diferencia fue abismal. Central se paró bien en el terreno, no dejó que los amargos avancen y siempre estuvo cerca del arco contrario. La visita siguió sin evidenciar recursos y mostrándose como uno de los peores equipos de este Clausura.
El gol podría haber llegado antes, pero se hizo esperar hasta los 14 minutos. Un nuevo acierto de Barros Schelotto dejó a César Delgado en una buena posición. El delantero fue muy vivo y lo vio mejor ubicado a Mariano Messera, quien tocó el balón de primera y gritó por primera vez con la camiseta de Central. Pavada de debut en la red para el ex Lobo.

El equipo dejó todo y al final le ofrendó el triunfo a todos los hinchas de Central

Si cabía alguna duda acerca del destino del encuentro, la conquista de Messera la había terminado de evaporar. Por que Central siguió manejando los tiempos del encuentro, puso nervioso al rival y dejó a las claras que el funcionamiento colectivo sigue en alza. En tanto, en las tribunas empezaban las cargadas por el 43er triunfo auriazul. Desde el clásico “Que nacieron hijos nuestros…. Hijos nuestros morirán” hasta cargadas hacia el DT pecho por sus reconocidos problemas judiciales.
El tercer gol llegó a falta de seis minutos para el final.  Una mala salida de la defensa de los pechos y otra vez el Melli en acción. Un pase al medio de Gustavo para la entrada de César Delgado, que definió con mucha clase tras eludir y dejar en el piso a Luciano Palos.
El toque al compás del “Olé” en las tribunas fue la imagen que prevaleció hasta el final. Los pingüinos- como de costumbre- se retiraron humillados algunos minutos antes de la finalización del mismo. Se acabó una nueva edición del clásico. La última, al menos para nosotros, ya que consideramos que el equipo del rosedal nos queda demasiado chico. Ahora habrá que mirar para adelante y seguir sumando. Hasta hoy, estamos fuera de la promoción. Esperemos que los resultados se sigan dando y la próxima meta será copar Liniers. Si en Avellaneda eramos diez mil, el Amalfitani nos puede quedar chico.

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